El laboratorio es el hábitat de las ciencias naturales en el colegio. La enseñanza de esta área se cimienta en el “hands-on”, es decir, el aprendizaje basado en la experiencia, proceso a través del cual los alumnos, de todos los niveles, adquieren una capacidad de razonamiento y una metodología coherente con el quehacer científico. La ciencia es una actividad eminentemente práctica, y su enseñanza en el laboratorio, es un elemento indispensable. La realización de trabajos prácticos permite poner en crisis el pensamiento espontáneo del alumno, al aumentar la motivación y la comprensión respecto de los conceptos y procedimientos científicos. El laboratorio está dotado de elementos que ayudan al desarrollo de las actividades educativas, garantizan su adecuado funcionamiento y favorecen los hábitos de seguridad.
Desde Kinder, los alumnos se familiarizan con el ámbito de trabajo de las ciencias. Visitan el laboratorio para realizar experiencias, dando así sus primeros pasos en el descubrimiento, a través de prácticas simples y de la observación de los ejemplares, que disponemos en exposición.
Durante la educación primaria se comienza a transitar el mundo de la física, la biología y la química. El planteo de problemas a partir de la observación, las mediciones y la utilización de material e instrumentos de laboratorio, se transforman en actividades cotidianas. Los trabajos prácticos se diseñan para desarrollar habilidades, que luego evolucionan en la construcción de procesos cognitivos en un contexto científico.
Al transitar la secundaria, el laboratorio de ciencias ya es un ámbito conocido, en el que se profundiza la metodología y las experiencias. Los conocimientos teóricos se complementan con las competencias del quehacer de las ciencias: desde medir volúmenes con la precisión de una bureta hasta la construcción de circuitos eléctricos diversos o la observación al microscopio electrónico de distintos preparados histológicos. El objetivo fundamental de los trabajos prácticos consiste en fomentar una enseñanza más activa, participativa e individualizada, donde se impulse el método científico y el espíritu crítico.
Al finalizar la educación secundaria, se realizan exámenes internacionales prácticos, tanto de física como de biología, necesarios para acreditar una educación en ciencias según la Universidad de Cambridge. Se favorece, de este modo, que el alumno desarrolle habilidades, aprenda técnicas elementales y se familiarice con el manejo de instrumentos que le permitan afrontar cualquier carrera universitaria en el área científica.
Toda esta tarea se realiza con la inestimable ayuda de experimentados docentes y el ayudante de laboratorio.